Te viii, y nadie lo puede negar, con mis ojos te vi salir del hotel esa tarde y entonces comprendi llamadas ahoras extrañas sin explicacion, te amaba, estaba tan ciega, siempre te crei.
Te vi llevarla a su casa, abrazarla y darle mis besos, senti mi mundo que se derrumbaba, mi mundo deshecho, y asi llena de vergüenza, llorando de pena por ti y al abrirle la puerta deijiste te quiero y entonces mori.
Que ganas de escupirte la cara, que ganas de arañarte con ganas.
Que ganas tengo de herirte, sabias que te amaba.
Que ganas de escupirte la cara, es odio lo que siente mi alma.
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